Desde el 28 de julio hasta el 4 de Agosto 2004 se desarolló una vez más el famoso seminario de verano para líderes extranjeros que organizan anualmente la IKF y la AJKF (All Japan Kendo Federation). Tuve el privilegio de estar presente, junto con 50 otros kenshis de 35 países.
Llegué a Japón el 26 de Julio; en el aeropuerto nos esperaban Kosakai Sensei y nuestro compañero el Sr. Akazawa.
Fue muy emocionante encontrarme con ellos. El sensei Kosakai me invitó a entrenar al día siguiente en su dojo, donde conocí a su maestro, Endo Sensei. Fue una tremenda sensación hacer keiko con los dos. Me corrigieron y me aconsejaron con paciencia. Ambos prometieron visitarnos el próximo año.
El seminario fue una experiencia maravillosa. El líder del mismo fue Inoue Sensei, 8º Dan Hanshi. Está dotado al mismo tiempo de un Ki irresistible y de una gran bondad.
El administrador general del seminario fue Kurose Sensei, a quien conocimos durante su visita a Quito con los senseis japoneses en el 2003.
Tuve la suerte de conversar con él sobre temas del Kendo en nuestro país y también de hacer varias veces keiko.
El dojo Gedatsu kai es grande y hermoso. Pueden entrenar 100 kenshis sin dificultad . Tienen una infraestructura impresionante. Nos trataron muy bien.
Aparte del intenso entrenamiento, por las noches había un taller de reparaciones y mantenimiento de bogu dirigido por famosos maestros fabricantes de bogu. Muy ilustrativo.
En los ratos libres podíamos pasear por el barrio o por los hermosos jardines del templo Gedatsu kai, donde pertenece el dojo.
Una escuela de Kendo de niños entrenó con nosotros una tarde. Luego tuvieron un torneo entre ellos, y nosotros los alumnos del seminario fuimos sus shimpan.
El programa de actividades fue muy amplio. Incluyó Fundamentos, Kata, Keiko, Arbitraje, Cómo enseñar, Cómo enseñar a jóvenes, Reparación de equipo, mini-torneo de equipos(cada dormitorio era un equipo) y hasta la Ceremonia del Té (Sa-do).
Todo se desarrolló en medio de disciplina, pero también de mucha camaradería y buen humor.
Los instructores me impresionaron por su gran técnica y experiencia, y en igual medida por su amabilidad para con nosotros. El cuadro principal de instructores fue:
INOUE Shigeaki- Hanshi 8º dan
SUGANAMI Kazumoto-Kyoshi 8º dan
ISHIDA Kenichi- Kyoshi 8º dan
KURIHARA Kenichi- Kyoshi 8º dan
KOUYAMA Yoshio- Kyoshi 8º dan
Más varios senseis 7º dan, y varios senseis 8º dan que venían por uno o dos días y eran reemplazados por otros. Todo el tiempo habían de 10 a 15 senseis de muy alto rango entrenando con nosotros. Era un nivel increíble.
Muchas gracias a todos por sus enseñanzas. Y disculpas por mi torpeza en aprender.
Agradecimiento especial merecen los dos intérpretes del seminario: Komoto sensei y Bennet sensei. Hicieron gala de profesionalismo y gran humor.
Entre los latinoamericanos la amistad surge rápidamente.
Tuve la enorme suerte de ser invitado a vivir unos días en casa de la familia Akazawa, en la ciudad agrícola de Yokaichi, en la provincia de Shiga.
En esos días se desarrolló el torneo entre equipos de las ciudades de esta provincia. Como ya nos sentíamos yokaichianos, fuimos a lentar a nuestro equipo. Quedaron segundos.
Luego pude cruzar espadas con varios de ellos en el dojo de mi hermano Fumihiko San. Quiero agradecer muchísimo a Watanabe sensei, Yamada sensei y Yamamoto sensei por su gran amabilidad, por sus enseñanzas y por permitirme entrenar en su dojo. Hay la posibilidad de que también vengan a visitarnos en algún momento.
Japón es un país muy hermoso. Fumihiko nos llevó a conocer muchos lugares, cada uno más hermoso que el anterior: Kyoto, Nara, Hiroshima (con el Parque de la Paz y el Museo de la Bomba), Miya-Jima, lago Biwa-Ko, entre otros. Nos quedamos asombrados con sus templos budistas y shintoístas, con sus jardines, bosques, ríos, plantaciones de arroz, el Shinkansen, la amabilidad de la gente, las campanas, la eficiencia del transporte, y todos los pequeños detalles y sutilezas característicos de la cultura japonesa.
Nuestros queridos amigos Akazawa y Yanadori tuvieron la gran amabilidad de llevarnos hasta Tokyo y hasta el aeropuerto de Narita, para nuestro regreso a Quito. En el aeropuerto nos esperaba Kosakai Sensei con toda su familia. El aeropuerto queda a unas tres horas de su casa. Nos abrumaron con su cariño y amabilidad.
Fue un viaje inolvidable,
Fernando Benavides
