Juandiego Fonseca se encontraba en el laboratorio de Química en la Universidad de Tohoku en la ciudad de Sendai, cuando el gran terremoto atacó. Todos fueron lanzados al piso por la violencia del movimiento, mientras los aparatos de laboratorio, estanterías y frascos con reactivos caían a su alrededor. Pasó un minuto interminable, luego dos, y la tierra seguía en convulsión frenética.. y no se detenía; a los cinco minutos, según palabras de Juandiego, “ya era absurdo”.
Aparte de la terrorífica experiencia, lo que más le impresionó fue la serenidad de los japoneses: nadie gritaba ni trataba de salir corriendo. A la primera oportunidad, todos salieron del laboratorio y bajaron por las escaleras en fila, ordenadamente. Nuevamente citando a Juandiego: “ellos llevan el Hei Jo Shin en sus genes”…
Juandiego regresó a nuestro país el 23 de Marzo y fue recibido por su preocupada madre y por familiares, amigos, y por supuesto su familia kendoka.
Su intención es estar aquí más o menos un mes y luego viajar de vuelta a Japón, pues según le anunciaron, las clases se reinician a fines de Abril y él desea ayudar en la reconstrucción. Qué espíritu!
