Una cariñosa fiesta de despedida se realizó en honor de Sun Sensei, su esposa Angeles Chu y su hijito Jeremías.
Se contrató para la ocasión a la chef japonesa Kumiko Fujitomo. Preparó una comida espectacular.
No faltaron la ronda de discursos, unos agradeciendo a Sun sensei por sus enseñanzas, otros expresando tristeza, otros con muy buen humor. Sun sensei se sentó al piano y cantó una pieza dedicada a los kenshis ecuatorianos. Enseguida aparecieron varios instrumentos musicales y se armó la orquesta.